En Autocaravana a Cuenca, el hechizo de la ciudad encantada

13 de Enero de 2016

La ciudad encantada de Cuenca desprende magia por los cuatro costados.  Pequeña y singular, conserva un importante y atractivo patrimonio histórico y arquitectónico, uno de los más originales conjuntos monumentales de España. Naturaleza e historia se dan la mano, en un paisaje único que tiene en su ciudad antigua, de claras reminiscencias medievales, el gran atractivo a la hora de recorrer sus calles. ¿Os animáis a un viaje en autocaravana a Cuenca?


 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde hace casi tres décadas, Cuenca ha sabido aprovecharse de la riqueza que le ha proporcionado su condición de ciudad de paso entre aquellos que visitaban las costas de Levante y los que deseaban adentrarse en la España más castellana. Basta un viaje en autocaravana a Cuenca para comprobar que Cuenca enamora, hechiza y traslada, ipso facto, al visitante a otra época, y para comprobarlo nada mejor que disfrutar de un recorrido por sus viejas calles.


Poblada desde el Paleolítico Superior, hace 90.000 a. C, Cuenca es una de las ciudades más antiguas del país. Aunque se comenta que su fundación data del siglo VIII por parte de los musulmanes que invadieron la Península, su centro urbano podía ser mucho más antiguo. Alfonso X le concedió el título de ciudad en 1257 y es, a partir de este momento, cuando la ciudad empieza a florecer. Se forman alguno de los barrios más famosos de su parte baja y Cuenca se convierte en un epicentro en la producción textil y ganadera de la época, donde la industria de transformación de lanas vive su máximo apogeo y con ello, el consecuente aumento en su número de habitantes.


La tranquila ciudad de Cuenca es poseedora de un importante patrimonio histórico y arquitectónico, edificios como la Catedral o las Casas Colgadas son una buena prueba de ello y que puedes comprobar al realizar un viaje en autocaravana a Cuenca. Otro de sus puntos más característicos, es el mirador sobre las hoces del río Júcar o del Huécar, un entorno natural de gran valor y orgullo de toda la provincia.


A la hora de conocer mejor los entresijos de la ciudad, nada mejor que realizar un recorrido a pie por la ciudad, es la mejor opción para conocer los lugares más significativos y característicos que tiene esta pequeña pero rica ciudad. Una de las primeras y obligadas visitas,es el parador de Cuenca, un edificio con un enclave inmejorable que se ubica en un antiguo convento y desde observar la grandeza de esta ciudad.


Casas colgantes de Cuenca

Cámara en mano, atentos al paso sobre el Puente colgante de San Pablo, situado sobre el Húecar, se trata de un puente originalmente construido en piedra en el siglo XVI y actualmente de hierro a madera desde 1902. Desde él, podremos observar la imagen por antonomasia de la ciudad, las Casas Colgadas. Imagen de la identidad medieval de la ciudad, se trata de un conjunto de viviendas construidas en el siglo XV. Su origen es de carácter señorial, y actualmente acogen el Museo de Arte Abstracto Español y un mesón de comida típica.


Como toda ciudad española que se precie, Cuenca tiene su Plaza Mayor, epicentro de la ciudad antigua. En un viaje en autocaravana a Cuenca mejor bajarse de la autocaravana y descubrirla a pie. Sus límites los marcan la Catedral, el Ayuntamiento y el Convento de las Petras. Su Catedral es de las más antiguas del país, empezándose a construir en el siglo XII con un estilo a caballo entre el románico y el gótico. Destacan sus bóvedas, sus capillas laterales y, por supuesto, su claustro por donde al cual se accede mediante un arco renacentista. El Ayuntamiento data del 1733 y se comunica con la calle de Alfonso VIII a través de unos portales porticados. Y, por último, el Convento de las Petras, del siglo XVIII, de estilo barroco y donde destaca su gran bóveda rematada por una enorme cúpula.


Tras la visita a la Catedral realizaremos un paseo por la espectacular orilla del río Júcar, cuya hoz es una de las dos que moldean el casco histórico de Cuenca. El paseo va desde el lugar conocido como Recreo Peral hasta el Puente de San Antón, que ejerce de puerta de entrada a la ciudad de Cuenca. Este paseo supone un remanso de paz y tranquilidad en el que sentir la naturaleza en todo su esplendor.


Panorámica de Cuenca

Otro de sus puntos más carismáticos que visitar en nuestro viaje en autocaravana a Cuenca es el barrio del Castillo, en la parte más alta de la ciudad. Actualmente en ruinas, en él se levantaba la antigua alcazaba andalusí.Sin embargo, aún conserva un torreón y dos cubos cuadrados. Fue ganado por Alfonso VIII para los cristianos y uno de sus grandes atractivos es el Arco Bezudo, lugar al que antiguamente se llegaba desde el exterior a través de un puente sobre el foso. A día de hoy, esta puerta cuenta con un arco de medio punto junto a un retranqueo de la muralla.


Finalmente y para terminar nuestro viaje en autocaravana a Cuenca llegaremos hasta la conocida Torre de Mangana, situada en el solar del antiguo alcázar andalusí, que fue el barrio mudéjar y después judería. Se construyó en el siglo XVI y ha servido tanto como campanil y como reloj municipal. Pero aquí no acaba nuestro viaje, palacios, monumentos civiles y religiosos conforman la riqueza de esta ciudad, que el visitante descubrirá conforme avanza por sus antiquísimas calles, el palacio episcopal del XVIII e infinidad de iglesias como la de El Salvador, santa Cruz, san Miguel, san Andrés, san Pedro, san Nicolás, san Virgen de la Luz, san Pantaleón de Jerusalén del s. XIII, virgen de las Angustias, el monasterio de los Franciscanos Descalzos, el de las Madres Benedictinas, el de las Angélicas o el de las Celadoras del Sagrado Corazón de Jesús, conventos como el de las Petras, san Felipe Neri, de la Merced o el de san Pablo. El hospital de Santiago del s. XII, la diputación de estilo neoclásico, el antiguo colegio de san José, el archivo histórico provincial, la calle Alfonso VIII y sus casas "rascacielos", el castillo, la casa del Corregidor, el monumento a la Constitución, museos como el de electrografía, el de la semana santa, el de ciencias, el de la ciudad o el de arte abstracto, el pequeño tesoro catedralicio, la senda del hocino, los bares de la calle san Francisco o practicar deportes al aire libre y en sus ríos, son alguno de sus atractivos.